Una de las principales razones para la creación de Bitcoin hace 10 años fue la intención de las transacciones financieras del mundo para evadir el control de los poderes políticos y económicos, quienes, según los creadores de la criptomoneda, buscan intereses egoístas y corruptos.
En Siria, un país que lleva casi 5 años inmerso en un sangriento conflicto con un saldo de medio millón de muertos, se ha gestado un Estado de facto liderado por los kurdos llamado Rojava – Federación Democrática del Norte de Siria – en el cual priman el feminismo, el ecologismo y la democracia, un experimento que ha atraído la atención de todo el mundo y que es apoyado militarmente por Estados Unidos.
Sin embargo, Rojava ha sufrido de un bloqueo económico persistente por parte de Irak, Turquía e Irak, por lo cual sus líderes han pasado difíciles momentos al intentar desarrollar los proyectos productivos necesarios para mejorar las condiciones de vida de sus habitantes.
En este contexto, y gracias al apoyo a algunos de los desarrolladores de Bitcoin como Amir Taaki, surgió la idea de utilizar las criptomonedas para evadir el bloqueo económico que sufren y traer prosperidad a la región.
Erselan Serdem, lider del programa desarrollo tecnológico de Rojava, se están llevando adelante escuelas de tecnología en toda la región para establecer una generación capaz de lidiar con los desafíos de innovación en monedas digitales y sistemas de seguridad blockchain.
La región se rige bajo los principios del líder nacionalista kurdo Abdullah Ocalan basado en el socialismo libertario. Amir Taaki cree que mediante las criptomonedas y blockchain se puede lograr el objetivo de la autodeterminación y desarrollar un sistema económico sostenible y amigable con la naturaleza. A pesar de esto, el futuro de esta región aún es incierto, en caso de funcionar será une ejemplo para muchas iniciativas políticas en el mundo.